Bobolink Dairy & Bakehouse
Bobolink Dairy & Bakehouse es una granja familiar regenerativa y sostenible, alimentada 100 % con pasto. Creamos alimentos que nutren a las personas en armonía con la naturaleza. La comida buena, sana y nutritiva es nuestra pasión, y crear alimentos de calidad de forma sostenible, a la vez que cuidamos el medio ambiente, es nuestra misión.
Fabricamos nuestros productos utilizando métodos que se asemejan a cómo se hacían las cosas hace más de 200 años, fusionando lo antiguo con lo nuevo para llevarnos hacia un futuro saludable y vibrante mientras sanamos los errores del pasado más reciente.
Elaboramos y comercializamos quesos de leche cruda de vaca 100% alimentada con pasto, de abril a noviembre. Utilizamos cultivos autóctonos y una fermentación prolongada para que la leche alcance su máximo potencial de sabor, y cada lote refleja las cualidades únicas del día de su elaboración.
Nuestras vacas son mestizas y polivalentes. La temporada pasada, ordeñamos 70 vacas y tenemos una cosecha abundante de novillas y toros jóvenes de nuestra raza, los Bobolink Grazers, resultado del cruce de varias razas lecheras modernas comunes (Ayrshire, Guernsey, Jersey, etc.) con el antiguo ganado Kerry de Irlanda.
¡Encontrarás Bobolink Dairy & Bakehouse todos los domingos en Hunterdon Community Farmers Market!
Sobre nosotros
Los fundadores Jonathan y Nina White son pioneros de los quesos de granja modernos, 100 % alimentados con pasto, en Estados Unidos. Cuando fundaron Bobolink Dairy & Bakehouse en terrenos arrendados en 2002, su objetivo era demostrar que era posible hacer de la agricultura regenerativa a pequeña escala una opción viable y dinámica para los terratenientes del noreste.
En esa época, muchos terratenientes estaban dividiendo sus propiedades para construir viviendas unifamiliares o utilizando la tierra para subvencionar la agricultura, lo cual dañaba el medio ambiente local y le quitaba valor a la comunidad inmediata.
Cuando la pareja adquirió la ubicación actual en 2010, los campos llevaban muchos años bajo una rotación de cultivos convencional. El terreno era un paisaje árido y erosionado de rastrojos de maíz y tierra reseca. El camino que pasaba por la granja solía estar cerrado debido a las inundaciones durante las fuertes lluvias.
Un año después de replantar los pastos, las inundaciones y la erosión disminuyeron, y la materia orgánica y la flora microbiana comenzaron a recuperarse. De hecho, un estudio de la Universidad de Rutgers sobre el microbioma y la fertilidad de nuestros pastos registró la duplicación de la materia orgánica del suelo en tan solo diez años.
Esta es una historia verdadera y relevante de regeneración, parte del importante trabajo que enfrenta nuestro mundo a medida que buscamos utilizar una ganadería bien administrada para secuestrar carbono y revertir el calentamiento global.
